domingo, 13 de mayo de 2012

Prejuicios sociales

Hace unos días, estando viendo la tele en mi casa, cosa que no hago muy a menudo, me llamó la atención un anuncio. Bueno, realmente fue una frase que se decía en él. En el anuncio aparecía una mujer, de una edad avanzada, la cual promocionaba un yogur que tenía una concentración mayor de calcio de manera que refuerza los huesos. Hasta aquí no hay ningún problema. A continuación dice la señora que si no tomase ese producto y quisiese obtener suficiente calcio, tendría que comer una barbaridad de alimentos, y a continuación aparece una mesa llena de alimentos de todo tipo. ¡Aquí está el problema! Se asocia el comer mucho a un mal hábito, y esto no es solo en los medios de comunicación, sino que la sociedad en la que vivimos fomenta ese cliché.
Las personas que vivimos en estas sociedad hacemos lo que nos dicen, de la misma manera que nos gusta lo que nos dicen que nos tiene que gustar. De este modo una persona, que vivía tan tranquila, ahora se encuentra rodeada de las mismas personas de siempre, pero que resulta que para que sean más felices debe llevar cierta talla de ropa, debe vestir esa marca, la colonia de esta otra,.... Este personaje, sin quererlo ni beberlo ha tenido que cambiar su vida, pero....¿es más feliz que antes?


Puede que durante unos instantes (horas o día) te sientas mejor, pienses que todo va viento en popa, que no tendrás más problemas. Pero en realidad nada ha cambiado, solo has cambiado tu. Has pasado de ser una persona libre y feliz a ser una persona esclava de una sociedad que te hace ser de una forma determinada. Una persona debe fijarse en los demás no por el exterior, sino por el interior. Pero lamentablemente esa idea no está muy fomentada en la sociedad. Esto explica por qué ha aumentado la cantidad de divorcios en los últimos años, porque en las ultimas dos décadas, se ha creado un estereotipo de ciudadano que le da más importancia al exterior que al interior.


Lo que yo defiendo es un tipo de vida en la que no haya prejuicios sociales, en la que a la gente se le trate mejor o peor en función de sus actos y pensamientos, y de no su físico, pues es una cosa que la gente no elige al nacer. Además este modelo de vida desemboca en el consumismo, este a su vez, desemboca en la globalización. Hay que buscar la felicidad en otras cosas, en pequeñas menudencias del día a día: en que te guste lo que haces, en estar con las personas que te quieren (tal y como eres, y no por lo que aparentas ser), en sentirte orgulloso y satisfecho de tu trabajo diario...


Pero bueno tampoco me hagáis caso del todo, puesto que cada uno debe buscar la felicidad por su cuenta y a su manera, oye y para gustos los colores. El fin último de nuestra vida es ser felices, nadie busca para sí mismo lo malo; debemos buscarla, pero con un poco de cabeza. Y por último, en el anuncio del principio, todas las mujeres que salen están o comprando o con los niños o sacando al perro, una visión un poco machista ¿no? Ahí lo dejo.

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