viernes, 23 de noviembre de 2012

Un modo diferente de diversión

Comprar. Comprar. Comprar. Cuidad. Cuidad. Cuidad. Me parece que son dos palabras que utilizamos en nuestro vocabulario de una manera más frecuente de la que deberíamos. Nuestro día a día consiste en eso, en conseguir dinero para poder gastarlo, para poder tener eso que la publicidad te ha engañado para que lo anheles. Claramente esto tiene muchas repercusiones a nivel global debido al aumente del efecto invernadero y en el desarrollo del sistema económico capitalista.



Por ahí ya estará el típico listo que pensará: "Otro cansino que viene a contarnos sus rollos del cambio climático". Pues hoy no quiero hablaros ni de ecologismo, ni de política ni de economía. Hoy vengo a hablaros de ocio. Sí, sí, de ocio. Y pensaréis, ¿y que tiene que ver la forma en la que yo pase mi tiempo libre con el consumismo? Pues el principal problema es que en la ciudad se asocia, casi exclusivamente, diversión a ir comprar bien sea ropa, videojuegos o lo que sea.

Hemos perdido el espíritu aventurero, el que nos impulsa a salir al monte o irnos de excursión. Gracias a la televisión y a los videojuegos hemos dejado de vivir nuestras propias aventuras para conocer las de personajes que no existen y cuyas vidas se ven muy alteradas para el gusto del expectador. Los niños ya no quieren ir al parque a jugar al fútbol, prefieren quedarse jugando a la "play" y los jóvenes han dejado de hacer acampadas, viajes de manera independiente o excursiones, para irse a centros comerciales para comprase principalmente ropa.



Pero no solo la culpa es de los pobres chavales incomprendidos de este mundo, los padres también tienen parte de la culpa. Porque nos educan con miedo, no nos dejan ir al monte porque hay tarántulas, jabalíes y lobos. Pues muy bien lo primero las tarántulas pican pero no matan, te aguantes y punto; los jabalíes son muy tranquilos (a no ser que les estés disparando) y en España no quedan casi lobos desde finales del siglo XIX. Si lo padres no dejan a sus hijos irse de casa por dos días para que aprendan a darse vida ellos solos, en el momento en el que estos deban independizarse van a tener una visión errónea del mundo.

De los momentos más divertidos y emocionantes que he vivido varios fueron en acampadas con mis amigos Kevin, Santi, Darío y Eduardo; en excursiones por Icona con Kevin y Darío (con cazadores incluidos) o por  el Puente de la Virgen del Rosario con Alberto; de excursión a la Cirujeda con merienda incluida con Jorge, Carlos María, Lucía, Santi y Bea (estando en la peña también se pasan momentos inolvidables); subiendo montañas con mi padre o haciendo viajes a pie. Los mejores viajes son aquellos de los que tal vez no puedas volver, porque una vez que vuelves te das cuenta que has madurado lo suficiente como para resolver problemas de la realidad. Por ello os intento transmitir la idea de que vivir tus propias aventuras da muchísima más satisfacción y felicidad que escuchar las de otros.

No quiero que mi mensaje sea escuchado, prefiero que sea "vivido" y que pueda ayudar a alguien.


3 comentarios:

  1. El dinero ha pasado de ser algo secundario a ser principal y primordial en nuestras vidas.¿Te crees libre? Sal a la calle sin dinero.
    Cuando sales al campo, vas al monte o al bosque te sientes libre, se te olvidan los problemas y te invaden otros tipos de pensamientos, te crees mas fuerte. Esa sensación la hemos vivido todos, pero luego llegamos a casa y dejamos que nos invada la rutina, etc...
    No es cuestión de capitalismo, ni economía, es cuestión de principios y de como nos han enseñado y educado. Es verdad que algunas veces los padres nos intentan proteger y advertir, pero nos protegen de algo que no conocen, (miedo a lo desconocido).
    Si todos estrecharamos un poco los lazos con la naturaleza sería un mundo mas tranquilo y mas llevadero.
    Me gusta como has plasmado tu idea y transmites muy bien tus sentimientos con las palabras correctas.

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  2. Hola Chabi,
    un post acertado, sin lugar a dudas.. Pero déjame dar un poco de luz al asunto, y decirte que todavía queda gente a la que salir al monte y hacer cosas al aire libre les apasiona y lo viven de manera intensa. A mí personalmente,las montañas me dan fuerzas, aunque la mayor parte de los días los pase inevitablemente en la ciudad, encuentro huecos para escapar al monte. Pero hay una cosa en la que sí te doy la razón, y es la manera en que los padres, si no tienen ese sentimiento, en ocasiones se sienten reacios a que sus hijos salgan.
    Por ello, sólo déjame decirte que es una manera de pensar preciosa la que tienes y que no rembles.. continúa con esas ganas de vivir! Saludos

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  3. Desde luego coincido con tus ideas totalmente.
    Incluso me atrevo a añadir algo más, esas experiencias en el monte son memorables cuando las vives con amigos; aunque si las realizas en solitario pueden ayudarte a abrir tu mente, a ver con sencillez esta vida tan compleja, ver que eres uno más en este mundo saturado de gente...
    En mi caso, mis paseos solitarios por el monte y también con amigos, me han enseñado a agradecer día a día todo lo que tengo y lo que soy, consigo valorar más aún la vida, y sentirme feliz y A gusto conmigo misma.
    Es una sensación muy reconfortante, posiblemente la mejor que tenga en mi vida y para ello no necesito consumir nada, bueno, miento, simplemente tengo que gastar un poco de suelas de unas botas, que que supone eso 0,10€ toda una tarde de caminar??
    Pues esos 10 céntimos estoy segura que me hacen mucho más feliz que una tarde metida en ese horrible centro de ocio, llamado centro comercial.
    Un saludo desde Báguena.

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